Por Sofía Vázquez
Para comprender el fenómeno de la
tecnología y los jóvenes no se puede hacer un juicio valorativo, se debe
observar las distintas aristas del “problema” o de la situación, realizar una
investigación profunda acerca del tema, ya que etiquetar como un hecho positivo
o negativo sería caer en intereses personales, más allá de lo que es la
realidad.
El
mundo que conocemos se ha ido transformando en base a las necesidades humanas, las
tecnologías han avanzado para poder facilitar la vida de las personas, pero
también para determinarla de forma positiva y/o negativamente; positiva, cuando
ha proporcionado una red de intercambio de informaciones y conocimientos, desde
páginas en las que se puede descargar libros hasta sitios acerca de temas
académicos y de investigación; y
negativamente, cuando las mismas webs que proporcionan trabajos de
investigación, venden o incluso a cambio de una cuenta en su página regalan
tareas, volviendo al joven perezoso, sin la capacidad de ejercitar su mente.
Este fenómeno se ve fuertemente reflejado en niños y jóvenes que hoy en día
están influenciados por los diferentes medios de comunicación, como las redes
sociales, los celulares, entre otros.
Opiniones encontradas, dos generaciones
Para comprender el fenómeno de la
tecnología y los jóvenes no se puede hacer un juicio valorativo, se debe
observar las distintas aristas del “problema” o de la situación, realizar una
investigación profunda acerca del tema, ya que etiquetar como un hecho positivo
o negativo sería caer en intereses personales, más allá de lo que es la
realidad.
El mundo que conocemos se ha ido transformando en base a las necesidades
humanas, las tecnologías han avanzado para poder facilitar la vida de las
personas, pero también para determinarla de forma positiva y/o negativamente;
positiva, cuando ha proporcionado una red de intercambio de informaciones y
conocimientos, desde páginas en las que se puede descargar libros hasta sitios
acerca de temas académicos y de investigación;
y negativamente, cuando las mismas webs que proporcionan trabajos de
investigación, venden o incluso a cambio de una cuenta en su página regalan
tareas, volviendo al joven perezoso, sin la capacidad de ejercitar su mente.
Este fenómeno se ve fuertemente reflejado en niños y jóvenes que hoy en día
están influenciados por los diferentes medios de comunicación, como las redes
sociales, los celulares, entre otros.
Opiniones encontradas, dos generaciones
Belén Pereira (18), estudiante de Contabilidad, comenta
que para ella la tecnología resulta muy atrayente, no sólo porque la mantiene
comunicada con amigos y familiares a través de los teléfonos smarthphones, sino también porque le facilita la búsqueda de informaciones para la
universidad con tan sólo un click. Admite que muchas veces, Internet la abstrae
de las personas que están a su alrededor, incluso durante clases de la
explicación del profesor, pero cree que como joven no se puede quedar lejos de
lo que es la moda.
A su vez, la madre, Gabriela Pereira (ama de casa) siente
una gran preocupación por los estudios de su hija puesto que no cree que sólo
con un click pueda recibir todo el conocimiento que necesita aprender para ser
una buena profesional. Cree que la mejor manera es “a la antigua”, leyendo,
analizando y comprendiendo materiales, y por supuesto, no estudiar para un
examen, sino para la vida profesional futura. Por otro lado, no entiende cómo
se llevan las relaciones interpersonales entre los jóvenes; ve a su hija desenvolviéndose
entre su pares mediante mensajes de textos, Facebook, Twitter, entendiendo que
la manera en la que ella puede conocer a un muchacho será en línea, no cara a
cara a través de personas cercanas, resultando peligroso ya que podría ser
cualquier persona lejana a su círculo de amigos, un total desconocido.
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