Por Blanca Bordón
3º Comunicación
El 57% de la población paraguaya sufre de sobrepeso y el
22,8 % es "netamente obesa", situación que
puede tener relación con enfermedades crónicas como la hipertensión arterial,
diabetes entre otras, según la primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo
realizada en 2011. La obesidad se ha incrementado en el ámbito
mundial y constituye un problema de salud grave aún en las mismas naciones
donde existen problemas de desnutrición, reconocidos por la Organización
Mundial de Salud (OMS).
Las causas que provocan estas enfermedades
alimenticias son muchas, algunas simples y fáciles de contrarrestar y otras
un poco más complejas, las cuales necesitan un tratamiento médico
especializado.
Los estudiantes, en su gran
mayoría consumen comida chatarra como gaseosas, pan, galletitas y mucha fritura. Este tipo de alimentos por lo general, contiene altos
niveles de grasas, sal o azúcares y numerosos aditivos alimentarios. Al mismo
tiempo, suele carecer de proteínas, vitaminas y fibras, entre otros. Este tipo
de comida es popular entre los distribuidores por su tratamiento relativamente
barato, tiene una fecha de caducidad larga y puede que no necesite
refrigeración.
¿Cuáles son
las causas que hacen que uno llegue a la obesidad?
Una de las posibles razones son las pocas
opciones de comida saludable que hay dentro de las instituciones y es de
entender, pues es más económico comer una
empanada o un sándwich de milanesa que una ensalada de frutas o verduras; una
milanesa de pescado o pollo a la plancha. "El desayuno es la comida más importante del
día, ya que es la que nos brinda los nutrientes esenciales para empezar bien la
jornada”, sostiene la licenciada Luján Serra. "Desayunar en casa, ya sea leche, cereal, o
comida un poco más pesada como huevos, jamón, etc. La mayoría acepta salir de
casa sin ningún alimento, lo que trae como consecuencia el consumo de ellos en
la universidad durante la mañana, todos ellos abusan de las grasas, como las
papas fritas, los típicos tereré rupa, acompañados con tortillas
bien aceitosas que sin dudas llenan y quitan el hambre, pero desafortunadamente
no nutren", advierte la especialista.
Agrega que también es popular entre los consumidores por su
facilidad a la hora de adquirirla, ya que no requiere ningún tipo de preparación o esta
es escasa, es cómoda de ingerir y tiene una gran diversidad de sabores. “Bien
es sabido que la comida chatarra tiene poca calidad nutricional y que una
buena alimentación es lo más importante para el ser humano, es muy semejante a
la gasolina que necesita un auto, tiene que tener suficiente para avanzar, de
otra manera no podrá ni arrancar. De igual manera, las personas necesitamos de
la comida para poder rendir diariamente, pero no es solo comer”, señala la
nutricionista, sino "comer de
manera adecuada".
Para que la alimentación pueda ser considerada como buena debe
contener proteínas (carne, pescados, legumbre, huevo, etc.) carbohidratos
(frijoles, frutas, etc.), minerales (leche y sus derivados, etc.)
Estar alertas
Es muy común observar a los estudiantes comiendo
productos de los antes mencionados, ya sea por la presión de los estudios, por no tener tiempo o simplemente por los malos hábitos
alimenticios que adoptan desde la casa. “Este es un foco rojo para los jóvenes
universitarios, ya que más tarde se puede convertir en un problema de sobrepeso
y obesidad y no por la imagen o la estética sino por la salud, además si a
esta situación se le agrega el sedentarismo de la mayoría de los estudiantes,
las probabilidades de desarrollar este problema aumentan”, finaliza la
nutricionista.
Una experiencia personal...
La obesidad viene con muchas marcas, no solo las
miles de estrías, sino marcas que quedan grabadas en el alma por las
discriminaciones y los tantos bullying que sufren cada niño, niña o joven en los colegios, en la sociedad e incluso por parte de sus propios parientes que no
toleran la convivencia con estos. “Desde muy pequeña sufrí de sobrepeso. Todo
empezó con los grandes festejos en la casa. Domingos de asados y meriendas por cumpleaños, a los que no
me podía negar, las veces que obligada tenía que tomar el desayuno y comer también son situaciones que realmente me marcaron, que están insertas en mi
memoria”, comenta Natalia Arriola.
Para ella, subir y bajar de peso como un globo que se infla y se desinfla, fue algo muy
común. “La falta de un horario de comidas al menos en
mi facultad es una de las causas que nos obliga a comer apurados o muchas veces optar
por comidas rápidas, pero escasamente nutritivas”, sostiene Natalia. Este "caos
alimenticio", aunque muchos no piensen en ello, tiene sus consecuencias. Ahora si consumimos "comidas
chatarra", concientemente, la que tiene alto contenido de grasas,
aportamos con nuestro grano de arena a los índices de obesidad.
Este tipo de comidas sumado a la ausencia del
desayuno es fatal, ya que al no comer
nada en la mañana, el cuerpo se pone en alerta y consume por completo la
primera comida en llegar, ya sea un completo, hamburguesa, pizza con gaseosa o
un jugo en cartón bien azucarado. De este modo las grasas son completamente
absorbidas. “Ser flaca no significa ser espléndida, ser
feliz enteramente. No es así. “La felicidad la alcanzas cuando realmente te
sientes bien contigo misma, tanto dentro como fuera de ti”, comenta Arriola.
Es necesario adoptar hábitos
alimenticios adecuados, tener una dieta balanceada en la cual se respete la
pirámide alimenticia, además de comenzar por tener una vida más dinámica, y
practicar algún deporte que ha de mejorar el rendimiento físico, ayudará a
despejar la mente y poder enfrentar los problemas diarios con mejores ánimos.
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